SUSANA Y LA IZQUIERDA
Por: Ignazio De Ferrari
Gane o no, la consolidación del capital político de Villarán tiene consecuencias más allá de esta elección, toda vez que logre posicionar a su partido como una opción de centro-izquierda viable de cara al futuro.
Cuando parecía que la elección limeña sería una batalla de dos hasta el final, Susana Villarán empezó a despegar en las encuestas. El despegue coincidió con la tacha planteada contra la candidatura de Alex Kouri y el descenso de Lourdes Flores en las encuestas a raíz de sus vínculos con el presunto narcotraficante, César Cataño. Definida la salida del ex presidente regional del Callao de la carrera municipal, se abrió un nuevo panorama en el que Susana Villarán ha pasado a la ofensiva y Flores parece replegarse para defender sus votos hasta el 3 de octubre.
¿Puede ganar Susana Villarán? Esa es la pregunta que muchos se hacen por estas horas. Según la primera encuesta electoral llevada a cabo en el escenario post Kouri, Villarán sube a un expectante 14%, pero Lourdes sube también y se ubica en 40% (fuente: Datum). Remontar más de 20 puntos en seis semanas no es tarea fácil, pero tampoco imposible. La volatilidad del electorado limeño es conocida. En 2002, Luis Castañeda remontó una elección que parecía tener perdida contra el alcalde Aberto Andrade.
Gane o no, la consolidación del capital político de Villarán tiene consecuencias más allá de esta elección, toda vez que logre posicionar a su partido como una opción de centro-izquierda viable de cara al futuro. Pero, ¿por qué es importante que exista una izquierda del talante de Villarán que sea electoralmente viable? La clave está en la alternancia. En la actualidad la única alternativa real a los gobiernos conservadores de las últimas dos décadas la representa el humalismo, que defiende un modelo económico que pone al Estado nuevamente en el centro de la actividad económica y que ha mostrado tener reflejos autoritarios. Ese tipo de alternancia asusta a muchos.
La política peruana carece de un proyecto político de centro-izquierda responsable y maduro. En las elecciones de 2006, Alan García ganó con una plataforma de ese tipo, pero eligió gobernar desde la derecha. De esa manera dejó un vacío para que surja una opción que fungiera de bisagra entre la derecha y el nacionalismo de Humala. FS ha tomado la posta con un programa que pone énfasis en la educación, la defensa de las libertades individuales, la protección del medio ambiente y, a la vez, el mantenimiento de los grandes lineamientos del modelo económico. En resumen, una propuesta reformista desde el mercado que no representa un salto al vacío.
¿Podrá Villarán catapultar a su partido a esa posición con su participación electoral en Lima? Eso está por verse. Lo que está claro es que una victoria electoral o incluso un segundo puesto con una votación superior al 20% la pondría en la grilla de partida entre los políticos de primera línea. Además, si no gana en esta ocasión, a Villarán y FS les quedará la elección de 2014 para volver a tentar un gobierno municipal antes de pasar a las ligas nacionales. Lo que está claro es que empezar de a pocos tras el fracaso de las presidenciales de 2006 no es mala idea. En la región hay ejemplos de partidos de izquierda que saltaron a la arena nacional luego de una buena gestión a nivel local. El caso de Tabaré Vásquez del Frente Amplio que saltó de Montevideo a la presidencia es el más conocido. Villarán debe de haber tomado nota.
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Por: Ignazio De Ferrari
Gane o no, la consolidación del capital político de Villarán tiene consecuencias más allá de esta elección, toda vez que logre posicionar a su partido como una opción de centro-izquierda viable de cara al futuro.
Cuando parecía que la elección limeña sería una batalla de dos hasta el final, Susana Villarán empezó a despegar en las encuestas. El despegue coincidió con la tacha planteada contra la candidatura de Alex Kouri y el descenso de Lourdes Flores en las encuestas a raíz de sus vínculos con el presunto narcotraficante, César Cataño. Definida la salida del ex presidente regional del Callao de la carrera municipal, se abrió un nuevo panorama en el que Susana Villarán ha pasado a la ofensiva y Flores parece replegarse para defender sus votos hasta el 3 de octubre.
¿Puede ganar Susana Villarán? Esa es la pregunta que muchos se hacen por estas horas. Según la primera encuesta electoral llevada a cabo en el escenario post Kouri, Villarán sube a un expectante 14%, pero Lourdes sube también y se ubica en 40% (fuente: Datum). Remontar más de 20 puntos en seis semanas no es tarea fácil, pero tampoco imposible. La volatilidad del electorado limeño es conocida. En 2002, Luis Castañeda remontó una elección que parecía tener perdida contra el alcalde Aberto Andrade.
Gane o no, la consolidación del capital político de Villarán tiene consecuencias más allá de esta elección, toda vez que logre posicionar a su partido como una opción de centro-izquierda viable de cara al futuro. Pero, ¿por qué es importante que exista una izquierda del talante de Villarán que sea electoralmente viable? La clave está en la alternancia. En la actualidad la única alternativa real a los gobiernos conservadores de las últimas dos décadas la representa el humalismo, que defiende un modelo económico que pone al Estado nuevamente en el centro de la actividad económica y que ha mostrado tener reflejos autoritarios. Ese tipo de alternancia asusta a muchos.
La política peruana carece de un proyecto político de centro-izquierda responsable y maduro. En las elecciones de 2006, Alan García ganó con una plataforma de ese tipo, pero eligió gobernar desde la derecha. De esa manera dejó un vacío para que surja una opción que fungiera de bisagra entre la derecha y el nacionalismo de Humala. FS ha tomado la posta con un programa que pone énfasis en la educación, la defensa de las libertades individuales, la protección del medio ambiente y, a la vez, el mantenimiento de los grandes lineamientos del modelo económico. En resumen, una propuesta reformista desde el mercado que no representa un salto al vacío.
¿Podrá Villarán catapultar a su partido a esa posición con su participación electoral en Lima? Eso está por verse. Lo que está claro es que una victoria electoral o incluso un segundo puesto con una votación superior al 20% la pondría en la grilla de partida entre los políticos de primera línea. Además, si no gana en esta ocasión, a Villarán y FS les quedará la elección de 2014 para volver a tentar un gobierno municipal antes de pasar a las ligas nacionales. Lo que está claro es que empezar de a pocos tras el fracaso de las presidenciales de 2006 no es mala idea. En la región hay ejemplos de partidos de izquierda que saltaron a la arena nacional luego de una buena gestión a nivel local. El caso de Tabaré Vásquez del Frente Amplio que saltó de Montevideo a la presidencia es el más conocido. Villarán debe de haber tomado nota.
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NOTA ACLARATORIA
NO NECESARIAMENTE COMPARTIMOS LAS IDEAS DEL AUTOR DEL TEXTO, PERO LO PONEMOS COMO PARTE DEL DEBATE ALTURADO DE IDEAS QUE DEBE EXISTIR EN UNA CAMPAÑA ELECTORAL
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